El equipo técnico de ZIES realiza un estudio sobre el impacto de la soledad no deseada en varios territorios rurales. La soledad no deseada es la percepción de que las relaciones interpersonales que mantenemos son insuficientes o no son de la calidad o intensidad que desearíamos que fueran. Hablamos de soledad no deseada cuando esta situación no se escoge, sino que se impone a pesar de nuestra voluntad y perdura en el tiempo, afectando negativamente a nuestro bienestar y estado de salud mental y física.

Se trata de una problemática que afecta cada vez a más personas en España. Supone una fuente de sufrimiento para las personas y limita su derecho de participación en la sociedad; tiene consecuencias negativas para la salud y el bienestar y en consecuencia conlleva unos costes sociales y económicos muy importantes. En España se estima que el 13,4% de las personas sufren soledad no deseada (datos del 2023). Afecta más a mujeres (14,8%) que a hombres (12,1%).

Por edades, los jóvenes son los que más soledad no deseada sienten. En los siguientes tramos de edad, la soledad no deseada va descendiendo progresivamente, y vuelve a subir en las personas de 75 años y más. La soledad no deseada no es un fenómeno puntual o pasajero, pues las personas en soledad no deseada llevan aproximadamente 6 años en esta situación. El 22,9% se sienten solas durante todo el día.

Además, es mayor en las personas con discapacidad, y otros grupos como personas cuidadoras, inmigrantes, o a las personas retornadas.

En el marco de un proyecto de cooperación entre diferentes Grupos de Acción Local, ZIES ha estimado y analizado el impacto de este fenómeno en varios territorios rurales españoles. Además, ha elaborado un plan de acción con medidas concretas para aplicar en cada uno de las zonas analizadas.